Las características químicas del analisis suelo que deben ser investigadas en laboratorio son el pH, la salinidad, el exceso de sodio y la posible toxicidad por boro y cloruros.

pH del suelo

El árbol crece bien en los suelos que van de moderadamente ácidos (pH mayor de 5.5) a moderadamente básicos (pH menor a 8,5). Los suelos más ácidos son desaconsejables porque generan problemas de toxicidad por aluminio y manganeso; los suelos con pH mayor de 8,5 (suelos sódicos), también deben ser descartados, dada su pobre estructura, que impide la penetración del agua y obstaculiza el drenaje.

En la geografía olivarera, el pH suelo menor de 5,5 son muy escasos, por lo que la acidez del suelo constituye un problema menor. Los suelos fuertemente alcalinos son, asimismo, escasos, aunque su presencia puede ir en aumento en aquellas áreas de regadío donde se usan aguas de riego de alta sodicidad. Muchos suelos tienen un pH suelo comprendido entre 7,5 y 8,4 y un alto contenido en carbonato cálcico; el comportamiento del olivo en estos suelos calcáreos suele ser bueno, salvo en suelos muy calcáreos y para variedades sensibles a la clorosis férrica.

Salinidad

La salinidad en el control de suelo mide la concentración de todas las sales solubles presentes en la solución del suelo. La salinidad se expresa mediante la conductividad eléctrica del extracto saturado del suelo (CEes). Cuando la salinidad del suelo es alta, se reduce la disponibilidad del agua del suelo para raíces. Un suelo es salino si tiene una CEes mayor de 4 dS/m.

El olivo resiste mejor la salinidad que otro tipo de árboles frutales.

El exceso en sales solubles de un suelo puede ser inherente al propio suelo o provenir del uso de agua de riego salinas. Puesto que la mayoría de las sales son muy móviles su distribución en el suelo está afectada por las características del perfil, las lluvias y el manejo del riego, entre otros factores. Cuando se sospeche un problema de salinidad, la alta variabilidad espacial de ésta, hace aconsejable muestrear los suelos cuidadosamente y, en todo caso, hasta la profundidad alcanzada por las raíces.

Exceso de Sodio

Los suelos sódicos (o alcalinos) contienen una cantidad excesiva de sodio en proporción al calcio y al magnesio. Estos suelos plantean un doble problema:
– 1) sus partículas más finas se dispersan fácilmente, obturando los poros y haciendo que la permeabilidad y la aireación sean malas.
– 2) ejercen un efecto tóxico sobre las plantas, derivado de la alta proporción de sodio en la solución del suelo.

En el analisis suelo a sodicidad de un suelo se expresa mediante el porcentaje de sodio intercambiable (PSI). Por definición un suelo se considera sódico cuando el PSI supera el valor de 15.

Toxicidad por boro y cloruros

Aun con salinidades bajas, el desarrollo normal del olivo puede verse afectado por un exceso de cualquiera de estos elementos en la solución del suelo. Tales excesos pueden ser inherentes al suelo o deberse al uso de agua de riego con contenidos altos en boro o cloruros, por lo que se hace aconsejable un muestreo del agua de riego.
El olivo es menos sensible al exceso de boro y de cloro que la mayoría de los árboles frutales.

En Laboratorio Geditec damos respuesta a todos estos parametros de analisis de suelo, ofreciendo un servicio completo y totalmente personalizado y adaptado a las necesidades de cada cliente.

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