¿Por qué conocer el estado nutricional del olivar?
– Nos ayuda a tener mejores y mayores producciones.
– Intervenimos en la vecería.
– Mejora la estrategia de manejo en cada sistema de cultivo.
– Rentabiliza todas nuestras acciones en la parcela.

Es habitual realizar los aportes de nutrientes en las parcelas siguiendo los estándares o las costumbres de la zona, sin tener en cuenta el estado de las plantas o las características físico-químicas del suelo, del agua etc. Ello hace que la eficacia del trabajo y del producto empleado pueda no ser la que buscamos ya que no es la que necesitamos.

Debido a la gran variabilidad de suelos, variedades de olivo, manejo y edad de la plantación, climatología etc, los requerimientos nutricionales son muy diversos para cada bloque homogéneo del cultivo, evolucionando en el mismo de forma diferente a lo largo del tiempo.

Desequilibrios nutricionales generan interferencias en la absorción, asimilación y uso de los distintos nutrientes entre sí, dando como resultado problemas en el estado sanitario y en las cosechas de los olivos.

¿Cómo conocer el estado nutricional del olivar?
En primera instancia, la inspección visual sobre la apariencia de la planta o determinar la respuesta a una determinada intervención, puede ser un punto de partida. Sin embargo son métodos subjetivos que pueden estar influenciados por multitud de factores.

Es el análisis foliar la herramienta práctica y objetiva que nos ayuda a saber de forma analítica y exacta cómo están los olivos y cuál es la estrategia de aporte de nutrientes que debemos seguir. No olvidemos que no solo debemos prestar atención a las carencias de nutrientes, sino también a los desequilibrios o toxicidad por exceso de los mismos.

¿Qué debemos saber del análisis de hoja en el olivo?
Las hojas son centros de metabolismo que nos indican la actividad de la planta. En determinadas épocas del año, este metabolismo lo tenemos bien caracterizado gracias a unos valores de concentración de los nutrientes en hoja, que se mantienen estables y están referenciados para la parada estival, es decir, durante el mes de julio.

Para la toma de muestra debemos recoger hojas de zonas homogéneas dentro de nuestra parcela, diferenciando entre edad, variedades, suelos, manejo de cultivo etc.

Recorreremos la zona a muestrear mediante un itinerario en zig-zag, tomando hojas de alrededor del olivo y de las cuatro orientaciones cardinales. Se cogen hojas completas con peciolo, del crecimiento del año y que estén completamente formadas. Las hojas no deben estar dañadas y hay que tener la precaución de no haber realizado un tratamiento foliar con antelación suficiente.

Hay que tomar un total de unas 200-250 hojas, introducirlas en un sobre de papel debidamente identificado y mantenerlas en refrigeración hasta el momento de entregarlas al laboratorio.

¿Cómo interpretar el análisis foliar?
Los valores obtenidos en el análisis deben ser evaluados de forma individual para cada elemento, comparándolo con sus valores de referencia para esta fecha pero también de forma interactiva entre ellos.

¿Cómo gestionar el resultado de los análisis?
Acompañar el análisis foliar de otros análisis como el análisis de suelo y/o agua junto con los conocimientos sobre el manejo y características de la parcela, son la clave para el éxito de la valoración.

Esta evaluación global permite elaborar el plan de fertilización de la parcela para toda la campaña, asegurando así obtener los mejores resultados, con la mayor rentabilidad y respetando siempre al medio ambiente.

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